Tres cáscaras de nuez y el garbanzo en el bolsillo


Que de truhanes está el mundo lleno no es noticia que alarme a nadie. Lo cierto es que no es ni noticia. Engañar es atributo inherente a todo ser vivo, desde insectos a plantas, desde bacterias y microbios a mastodontes tiranosáuricos. Y nosotros, oh seres supremos cúspide de la cadena alimenticia, hemos perfeccionado la técnica hasta hacer de la estafa a nuestros propios congéneres casi un deber diario. El sábado estuve sometido a algo así como un arresto domiciliario, y mi perenne insomnio, entonces cálidamente arropado por unas décimas de fiebre, me llevó a sumirme en un zapin feroz, necrótico e incontrolado. Heme aquí que tropecé sin remedio con uno de esos concursos sacaperras vía telefónica que han hecho de la madrugada televisiva su cortijo horario (bendito Canal 24h), y uno de ellos llamó mi atención durante un par de minutos, superando en mucho el tiempo que dediqué a resolver los intrincadísimos acertijos del resto de los canales (entre ellos “Ciudad española con cinco “a”, que empieza por Gua y termina por lajara”). El caso es que en La Sexta, una tipa recauchutada hasta las pestañas, salida de las páginas centrales de revista de lateral de kiosco, proponía a gritos un ejercicio matemático que me parecía insultantemente sencillo a la vista de los 50000 euros de premio. Más por entretenimiento y afición a los números que por la intención de acostarme millonario de antiguas pesetas (las nuevas pesetas aún no acabo de encontrarlas por ningún sitio), reviví mis tiempos escolares y su “Cálculo mental, cálculo rápido” y realicé el ejercicio: -12. Fácil. No, espera, acaba de llamar alguien con ese resultado y la rubia le ha dicho que no. A ver… no sé, quizá ese signo de interrogación después del de igual… Joder, parece un 2… Ya está: -10.

Pues ni -10, ni 50, ni 52, ni 3,14159265, ni su puta madre.

568. No acertó nadie, ni una sola de las cientos de llamadas que pasaron al aire desde las dos y media de la madrugada hasta las seis de la mañana, hora en la que acabó el programa. Por cierto, una nimiedad: en la letra pequeña que sale justo bajo la línea de flotación de esta Pamela Anderson patria, de vez en cuando te dejan caer que el premio seguro es de quinientos, mil o dos mil euros, dependiendo del programa, y que lo de las 50000 castañas es un bote que te lo dan si después de adivinar (porque no es resolver, es adivinar) el resultado, rizas el rizo y le dices a la simpática presentadora cuáles son los seis números del 0 al 100 que hay escritos en un papelito en el interior de otro sobre. Vamos, como acertar la primitiva, pero entre unos cuantos millones más de probabilidades.

Ahora las reflexiones y los pensamientos malvados:

  1. Puesto que el programa dura tres horas y media, y si algún iluminado llamara con la respuesta correcta a los pocos minutos, una vez que el operador de turno le coja el teléfono y confirme la solución, ¿lo pasará a directo o lo dejará esperando hasta el final?
  2. Porque, digo yo que soy un alma cándida, no lo pondrán en cola de espera para decirle a falta de cinco minutos que no queda tiempo para pasar su llamada y que pruebe suerte otro día, ¿no?

Asco de teles, gobiernos que las permiten y país de pan y circo.

Por cierto, si alguien se anima a explicarme lo del 568, le quedaré agradecido. Ojiplático y agradecido.

7 comentarios:

Anónimo dijo...
31 de agosto de 2009, 17:40

Eso te pasa por vicioso y degenerao. Esos horarios hay que aprovecharles para escuchar al Punset.
Si sigues por ese camino no vas a crecer (y quizá te quedes ciego).
(xD).

supersalvajuan dijo...
4 de septiembre de 2009, 9:59

¿Tres horas y media? ¿Quién es el guionista?

J. dijo...
4 de septiembre de 2009, 20:39

Necronomicón: Mi abuela dice que cuando un árbol nace torcido, ése crece torcido, y a mí ya no se me endereza ni con una cabilla del 15.

Salvajuan: Creo que el mismo de Perdidos, si no no entiendo tanto retorcimiento.

Gracias por pasar por aquí.

Ruiz dijo...
9 de septiembre de 2009, 22:36

Dios santo, como odio esos programas y a esa tia en concreto!!Es que el otro día me enteré de que esta persona humana (me encanta decir esta palabreja) se ha operado de todo para ser como Pamela Anderson!!Oh, my god...:S

Anónimo dijo...
11 de septiembre de 2009, 9:53

Estos programas son el mejor ejemplo de la hipocresía de la tele. Después de abrasarnos con decálogos de buenas prácticas y calidad y objetividad nos regalan cositas coo esta....

Como para padecer de insomnio.

Un saludo.

Anónimo dijo...
1 de diciembre de 2009, 22:10

A ver, está clarísimo. Basta con hallar la raiz cúbica de la integral derivada del signo de interrogación final. A este resultado le sumas la fracción de la máxima potencia del factor exponencial del primer grupo de números y lo divides por el grupo del paréntesis. Finalmente hallas el límite de -10 cuando x tiende a infinito.
Y lo multiplicas todo por el número de avogadro.... A mi así me sale 568,001, pero vamos que si apróximamos puede valer.

Espero agradecimientos varios, porque el esfuerzo intrínseco lo merece... acepto algún jamoncillo u otro menester variado.

ANITADINAMITA

J. dijo...
2 de diciembre de 2009, 13:45

Anitadinamita: De tu explicación, lo único que he entendido es lo de avogadro, y porque he visto muchas veces "El cabo del miedo" (¿Avogadro? ¿Dónde estás, avogadro?). En cualquier caso, cuenta con ese jamón, que será tan intrínseco como tu esfuerzo. Gracias por pasarte por aquí.