Ikea sucks

Al principio era Bush. Su estúpido capricho bélico en Irak había revertido en un encarecimiento del precio del petróleo y en el consecuente empobrecimiento mundial, desembocando en una crisis alimenticia. Pero Bush se fue (thank God). Después, los siniestros especuladores del ladrillo alentaron la subida de precios de la vivienda y el dinero en “B” se extendió como el gas de la risa, hasta que no cupo más mierda en una burbuja que acabó explotándonos delante de la cara. Pero entonces resultó que, ya en los albores de la crisis, el sector servicios o la industria destruían más empleo que el circo de la construcción, tan divertido para todos hasta que empezaron a caerse trapecistas. Y si no es Bush ni los avaros promotores, ¿de quién demonios es ahora la culpa de que el desempleo esté ahogando a millones de personas en este país? ¿A quién demonizaremos cuando los cuatro millones de desempleados que nunca serán, según Corbacho o Solbes, acaben siendo?

Pues a los bancos.

El ministro Sebastián, el mismo que hace unos días animaba a consumir producto nacional frente al extranjero (si eso lo dice un ministro pepero, lo cuelgan del palo mayor), se ha puesto su traje de poli malo y le ha dicho a Botín & Cía. que, o empiezan a soltar los cuartos, que tenerlos tiénenlos, o les echan los perros sin vacunar ni nada.

Y ahora las reflexiones y los desvaríos:

1) No me gustan ni Bush, ni los promotores, ni los bancos.

2) Que un banco presente beneficios y se lo piense tres veces antes de conceder un crédito, no sólo es recomendable, sino además necesario en tiempos de crisis. De haber aplicado los mismos criterios estos años precedentes, otro gallo nos cantaría. Lo que ocurre es que hemos pasado de tanto al tan poco en lo que se tarda en firmar un finiquito.

3) El Gobierno de España ha demostrado sobradamente que no sabe gestionar una situación crítica. Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de la Banca, declaro públicamente el pasado lunes que “Las autoridades no han sabido actuar”, aunque con anterioridad son muchos los analistas económicos internacionales los que se habían expresado en los mismos términos.

4) A todos aquellos que respaldan al Gobierno en su tesis de que esta crisis viene de fuera, que aquí se habían hecho los deberes, que estábamos mejor preparados que los demás, y tantos otros axiomas oficiales, les pregunto: ¿Por qué afecta a España en mayor medida que al resto de países de su entorno? ¿Por qué todas las previsiones de las autoridades económicas europeas sitúan a nuestro país en el último vagón de la recuperación? Y si viene de fuera y aquí no se podrá hacer nada hasta que se arregle fuera, ¿para qué demonios necesitamos entonces a nuestros políticos?

5) Todos estos postulados son, lo reconozco, simplistas y superficiales, pero hoy tengo la mente turbia y envenenada por una noticia: el socialista Pérez Touriño, el mismo que en connivencia con los nacionalistas desplazó de la presidencia de Galicia a Manuel Fraga tras las elecciones de 2005, el mismo que hace unos meses fue noticia por gastar más de dos millones de euros de dinero público en la remodelación de su despacho personal, y el mismo que se desplaza en un Audi A8 oficial valorado en 480.000 euros (el vehículo oficial de Barak Obama cuesta 150.000 euros menos que el del presidente gallego), acaba de gastarse otros cuatro millones de euros (repito, de dinero público) en acondicionar tres salas de San Caetano, sede del gobierno de su comunidad. A destacar los 43.111 euros en sillas de diseño danés, concretamente de la elitista marca Fritz Hansen, a razón de 2.269 euros por cada una de las 19 que ha comprado, y los 170.000 euros de una cristalera que se oscurece a voluntad con un mando a distancia. Pues ahora que caigo quizá era eso, que el abrasador solazo gallego les ha frito sus cerebros y por eso se comportan como si fueran auténticos sinvergüenzas.

6) Qué razón tenía la exministra de Cultura, Carmen Calvo, cuando dijo lo de “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie”. Y yo pensando que era de todos.

2 comentarios:

migwell dijo...
5 de febrero de 2009, 15:05

Anda, pues yo creía el dinero público era para los "del cine"... y más en estos tiempos difíciles (Almodovar, por ejemplo, tras haber sido víctima de Madoff, probablemente no podrá comprarse un jet privado este año)

Todos los comentarios muy acertados, haría falta un análisis de las médidas 'impopulares' que habría que tomar para cambiar las bases de nuestra economía y asegurarnos a todos un futuro menos incierto en este país, pero eso lo dejaremos para otro día, cuando tengamos unos espiritosos más a mano.

J. dijo...
5 de febrero de 2009, 16:23

No, migwell. A los del cine sólo les han dado otros 75 milloncejos más (http://meneame.net/story/gobierno-espana-destinara-75-millones-euros-financiar-cine-espanol) para paliar el daño que se le hace a la industria cinematográfica con las descargas ilegales de pelis españolas, que creo que hay un tipo en un pueblo de Guadalajara que una vez se bajó una.

Sobre Peeedrooooooooo y el Madoff, ya se ocupan los bancos de no perder esos clientes preferentes (http://www.publico.es/dinero/194897/santander/devolvera/clientes/afectados/madoff/inversion). Y lo del jet, tampoco pasa nada. Seguro que Al Gore le hace un huequito en el suyo y así ahorran combustible, como los universitarios que comparten coche, que ya se sabe que somos ecologísimos.

En cuanto al tema espirituoso, ni una pega.

Un saludo.